Jesús instituyó la santa cena diciendo a sus discípulos: “Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”(Lucas 22).

Parece claro el hecho de que nuestro texto diga “Haced esto en memoria de mí”. Esta simple frase claramente nos muestra que la cena del Señor es un simbolismo o un recordatorio de la muerte de nuestro Señor: “Este es mi cuerpo”, “esta es mi sangre”. Sin embargo, hay detalles que para nosotros como protestantes están bastante claros, pero, este tema antes de la reforma fue muy malinterpretado. Hoy se sigue sosteniendo dentro de las filas de la Iglesia Católica Romana una postura que es una total malinterpretación del texto.

En este artículo vamos a explorar las cuatro principales posturas que se han debatido sobre la cena del Señor:

1- Transubstanciación  (Iglesia Católica Romana)

La iglesia Católica vio la reforma protestante como un mal que afectó el catolicismo en toda Europa. La doctrina de la transubstanciación se le dio autoridad clave en el Concilio IV de Letrán, el concilio V de Letrán y el concilio de Trento post la reforma.

Esta doctrina enseña que en la Misa, al consagrar el pan y el vino, estos elementos se convierten “literalmente” en el cuerpo y sangre de Cristo. De modo que no es una presencia o un simbolismo del cuerpo de Cristo, sino que la sustancia del pan y el vino se transforman literalmente en el cuerpo y sangre de Cristo.

2- Consubstanciación (Martín Lutero)

Martín Lutero fue un hombre de Dios al cual admirar, fue el motor que produjo la reforma protestante, enfrentándose a toda autoridad terrenal con el poder de Dios. Sin embargo, esto no quiere decir que hay doctrinas que no comprendió en su máximo esplendor como sí lo hizo con las doctrinas de la gracia.

Lutero, a diferencia de la posición Católica Romana, pensaba que Cristo se hacía presente en la sustancia del pan y del vino. Lutero tomó de manera literal cuando Jesús dijo:“Tomad, comed: esto es mi cuerpo” (Mt 26:26; 1 Co 11:24) en el sentido de que Su Presencia se hacía presente en los elementos.

3- Memorialismo (Ulrico Zwingliano)

Zwinglio pensaba que este sacramento era un recordatorio o un memorial del cuerpo y la sangre de Cristo a través del pan y el vino, pero de ninguna manera Cristo se hacía presente en las sustancias (Doctrina de Lutero) y tampoco el pan y el vino se transformaban literalmente en el cuerpo y la sangre de Cristo (Doctrina católica). Su interpretación iba en base a lo dicho por Jesús: “Haced esto en memoria de mí” (Lc 22:19; 1 Co 11:24).

4- Presencia espiritual (Reforma-Juan Calvino)

Calvino no veía la cena del Señor como un mero simbolismo. Tampoco creía que la sustancia se transformaba o que la Presencia de Cristo estaba presente en la sustancia. Calvino sostenía que en el acto de la Cena del Señor Cristo hacía su Presencia presente de manera espiritual en la reunión de los creyentes.

Conclusión

El texto nos invita a creer que se trata de un memorial o un recordatorio cuando Jesús dice: “Haced esto en memoria de mí”. Diría que de estas cuatro posturas las que son completamente sanas son las de Zwinglio y Juan Calvino. La postura Católica y Luterana están lejos de lo dicho por Jesús a sus discípulos.

By Joseph Montás

Joseph Montás es escritor de contenido cristiano en blogs en español, inglés, portugués y francés. Administra el canal de YouTube “Charles Spurgeon x Sermones cristianos en español”, con más de 140 000 suscriptores. Es miembro activo de la Iglesia Bautista Reformada Kurios y cursa la Licenciatura en Teología en el Southern Baptist School for Biblical Studies. Ingeniero de software de formación, está casado con Sarahí Ruiz y es padre de un niño y una niña.

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