Sabías que hay muchas prácticas en la iglesia tomadas del antiguo testamento y totalmente descontextualizadas que utilizan para decirnos que debemos sacrificar la carne, que debemos buscar a Dios, que todo esto causa una nueva atmósfera en el mundo espiritual? Una de esas prácticas es el popularizado cilicio en iglesias carismáticas, el cual utilizan para maltratar la carne y alcanzar un nuevo nivel espiritual.
No quiero pasar por alto el hecho de que el pensamiento de maltratar la carne no nace en la Biblia, sino en distintas corrientes filosóficas greco romanas que veían la materia como algo bajo o incluso malo. Corrientes filosóficas como el platonismo y neoplatonismo influenciaron el cristianismo llevándonos al pensamiento de que “Liberarse del cuerpo se vuelve un paso obligatorio para la contemplación”. Padres De la Iglesia, como Orígenes y Agustín adoptaron esta filosofía con el fin de elevar el alma.
Desde el siglo cuarto los padres del Desierto decidieron vivir una vida de sacrificio extremo durmiendo sobre piedras, ayunos y viviendo en el desierto con el fin de domar la carne. La iglesia actual ha traído esa doctrina extrema devuelta, enseñando que el cuerpo es malo, cuando en realidad no lo es, ya que somos templos del Espíritu (1 Co 6:19-20) y nuestro cuerpo un día será resucitado (1 Co 15).
El cilicio en el Antiguo Testamento hace referencia a una tela gruesa, incómoda y difícil de llevar que utilizaban como sacrificio, duelo y arrepentimiento ante alguna causa. Ejemplo, de ello tenemos a David, de quien leemos que instó a todo el pueblo a ceñirse de cilicio por la muerte de Abner (2 Samuel 3).
Cuál es la mentira que se práctica hoy? Primero, pensar que debemos sacrificar el cuerpo no es bíblico, eso es platonismo, nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y un día será resucitado, reunido con el alma y transformado. Segundo, no hay nada que podamos hacer con lo cual nos ganemos el cielo, ya Cristo pagó por nuestros pecados pasados y futuros en la cruz del calvario.