A continuación les dejo las palabras dichas por Francis Collins, padre del genoma humano. En estas palabras leerás su testimonio de cómo un hombre de ciencia conoció a Dios:
Esta paciente tras compartir su fe conmigo día tras día, me hacía sentir incomodo, pero un día después de compartirme, me puso realmente incómodo. Ella me dijo: “Doctor, le he hablado de mi fe” y usted es alguien que se preocupa por mí, ¿usted en qué cree doctor? No creo que nadie de una manera abierta y honesta me haya hecho esa pregunta… así que más que nunca, creo que el mundo necesita escuchar la síntesis de la ciencia y la fe son posibles, y no solo forzarla y decir que está bien, sino que es un deleite, y una oportunidad para adorar. Pero antes no lo creía, y no puedo creer que esté aquí delante de ti esta tarde en la ciudad de Baltimore hablando sobre mi cuando tenía 21 o 22 años como estudiante graduado, en ese punto estudiando mecánica cuántica en Yale y donde había adoptado una postura llamada naturalismo metafísico, básicamente un actitud reduccionista donde no hay nada que realmente importe excepto lo que se mida a través de la ciencia: “el mundo natural es todo lo que hay” y todas estas cosas sobre la fe son meras supersticiones de nuestros antepasados y lo mejor sería olvidarlas y avanzar.
Y como no fui criado en un hogar de fe, estas cosas carecían de importancia para mi dado los fundamentos que yo tenía y por lo tanto en ese entonces, asumía que no había Dios. Era un ateo, una posición que no había pensado, pero esa era mi posición y no era diferente a la de muchos en ese entonces, y hoy en día en las universidades o salones de posgrado, pero luego tuve un giro en mis estudios y por más que amaba las ecuaciones de segundo orden, tuve un llamado hacia el área médica que involucra relacionarme con los demás, y , a pesar de nunca haber tenido mucha inclinación en esa dirección, decidí cambiar mi perspectiva de manera drástica y postularme a la escuela de medicina. Y con una extraña decisión en la Universidad de Carolina de admitirme en esta historia bastante poco impresionante, fui a aprender sobre la ciencia del cuerpo humano, y me encantó, e inmediatamente me encantó la genética porque tenía esa parte digital racional de mí que había llevado en química y física, pero ahora se aplicaba a la vida y el cuerpo humano.
Pero yo mantuve mi ateísmo y había estudiantes cristianos de medicina que me invitaban a sentarme con ellos en el almuerzo, pero los evitaba, porque sabía que no iba a disfrutarlo. Los consideraba a todos unos raros. Eran grandes personas, pero raros. Pero luego las experiencias comenzaron a cambiar, ya no era un ejercicio intelectual pensar en la vida y la muerte, porque como estudiante de medicina de tercer año, uno es enviado a interactuar con los pacientes, personas con enfermedades terribles, muchas de las que no teníamos respuestas… o eran muy incompletas… y eso comenzó a preocuparme porque vi en sus ojos lo que algún día podría ser mi circunstancia y si ese fuera yo acostado en cama con una enfermedad terminal, ¿cómo lo enfrentaría? Pero yo veía que estos pacientes lo enfrentaban en paz, hablando de su fe y yo me preguntaba: ¿por qué no se enojan con su Dios? “Miren lo que les ha hecho” Sin embargo ellos tenían paz, se sentían en paz con Dios, bendecidos…Y estaban preparados para lo que seguía después.
Y eso me impactaba, pero hubo un momento especial cuando tuve una paciente que me recordaba a mi abuelita y ella tenía una enfermedad cardiaca avanzada y le causaba un dolor intenso en el pecho y las medicinas no funcionaban, y durante esos momentos, ella oraba con una pasión que nunca antes había visto. Y parecía estar en paz, y que Dios estaba con ella.
Y al compartir su fe conmigo día tras día, me hacía sentir incómodo, pero un día me puso realmente incómodo, se volteó a mí y ella me dijo: Doctor, le he hablado de mi fe y usted es alguien que se preocupa por mí, pero, ¿usted en qué cree doctor? ¿en qué cree?. No creo que nadie de una manera abierta y honesta me haya hecho esa pregunta… y me di cuenta que me faltaba una respuesta. Tartamudeé y le dije: no creo que realmente lo sepa, y la sorpresa en sus ojos me cortó y me di cuenta que realmente había ignorado la pregunta más importante que cualquiera de nosotros pudiera hacerse: ¿existe Dios? ¿se preocupará por mí? Y para mis 26 años en ese momento, había dejado eso a un lado, enfocado en otros problemas, y se suponía que era un científico interesado en encontrar respuestas y en reunir evidencias para ver cuáles deberían ser esas respuestas y nunca había pasado más de cinco minutos pensando en esto y eso realmente me molestó.
Así que en un esfuerzo por apuntalar mi ateísmo, confiado en mi ateísmo, quería averiguar por qué los creyentes creen en Dios, porque tenía algunos a mi alrededor, incluso profesores, que desde luego sabían mucho de ciencia pero también creían en Dios y asumía que les habían lavado el cerebro. Pero, cuando hablaba con ellos sonaban lógicos en cierto sentido, aunque no lo entendiera por completo. Entonces fui con un pastor que vivía cerca de mí, se veía un tipo razonable y él entonces escuchó a todas mis preguntas, me dio algunas respuestas y luego tomó un libro y me dijo: Debería leer este libro, lo escribió alguien como tú, y el libro se llamaba: “Mero cristiano” de CS Lewis, el famoso escritor de Oxford, que tuvo las mismas preguntas pasando del ateísmo a ser un cristiano.
Y al leer el libro de di cuenta que mis objeciones contra la fe, eran infantiles… y tenía trabajo por hacer, en la pregunta que tanto me integraba: ¿Hay un Dios y se preocupa por mí? Y sé que hay muchos que en esas circunstancias se convirtieron creyentes de Jesús en 48 horas, pero no era mi caso. Yo tardé dos años… me aseguré de entender los argumentos de cada texto religioso, y quedé totalmente confundido, no tenían sentido para mí, pero al tratar con otros cristianos que conocían más y también de otras creencias, comencé a entender… pero también comencé a apreciar que, incluso desde el área de la ciencia hay muchas sugerencias para Dios.
El hecho de que hay algo en lugar de nada, el hecho de que el universo parece estar ajustado para hacer posible la complejidad y, por lo tanto la vida. El hecho de que la naturaleza siga estas elegantes reglas matemáticas, estas ecuaciones que amaba, ¿por qué encajan tan perfecto? Parecer haber un físico o matemático detrás de esto, y eso suena como a Dios, un creador que no estuviese limitado por el espacio-tiempo y hubiese creado todo…
Pero espera un minuto, ¿es un creador que le interesa la humanidad? Y el primer capitulo de Lewis era”El bien y el mal” “una pista para el significado del universo” era la primera parte del libro, y nunca antes lo había pensado y realmente me llegó en lo más profundo. Todos nosotros, a lo largo de la historia en cada cultura, tenemos la sensación de que hay bien y hay mal y debemos esforzarnos por ser buenos, y como genetista y alguien y alguien que estudia la evolución, hubo momentos que no hicimos lo apropiado en la historia y sabemos lo que es bueno, y parece decirnos algo más profundo aquí que solo una restricción evolutiva y omitiré esto por el momento, pero me obligó a considerar realmente la idea, que la noción de solo un dios no llenaría esto, había mucho más aquí… ¿llegué a estar convencido por pruebas científicas de que Dios es real y Jesús es su hijo? – No… no conozco a nadie que lo haya hecho… pero me di cuenta de esta increíble hambre por no solo saber que Dios estaba allí, sino también por tener una relación con Dios y también darme cuenta de que no podía hacerlo por mi propia cuenta, debido a mi pecaminosidad, y que si había algún chance de tener una relación con Dios, tenía que ser ofrecida por algún tipo de puente, y fue ahí que entendí a Jesús y el significado de la Cruz.
Comprendí entonces el significado de “Jesús murió por mis pecados”. Nunca tuve eso y de repente lo hice, y así, en una maravillosa mañana de verano y la hierba húmeda de las montañas en el noreste, caí de rodillas y dije: “lo entiendo, soy tuyo, quiero ser tu seguidor desde ahora hasta la eternidad”. Y eso nunca ha cambiado desde ese día, y ese día fue hace 41 años. Y la gente decía: “Bueno, eso es encantador, pero tu cerebro está a punto de explotar, eres un científico que estudia genética y no te das cuenta de que hay un conflicto absoluto entre lo que dice la Biblia y lo que tu estudias”.
Y yo les puedo decir que en 41 años, nunca he tenido un conflicto, siendo alguien que toma la Biblia seriamente, y siendo alguien que no aceptaría tu trabajo, hasta no ver las pruebas científicas, y creo que Dios nos llama a ambas cosas y creo que es realmente trágico que en nuestro mundo y particularmente en este país , en los últimos 150 años, hayamos creado a jóvenes para creer que hay un conflicto, cuando no lo hay… Dios nos da la increíble oportunidad como científicos de aprender sobre la creación De Dios. Puedes conocer a Dios en un laboratorio o en la iglesia y ese tipo de adoración que creo que escuché hoy, un término maravilloso de Jeff Hardin llamado “fascinación doxológica” es exactamente la experiencia de que nosotros como científicos y también cristianos, tenemos este regalo maravilloso a pesar de que nuestra ciencia tiene que ser tan rigurosa…